CONTUNDENCIA VERBAL
Entrevista exclusiva de EL LIBERAL a la modelo Alejandra Maglietti
Pasó por Santiago e iluminó con su belleza a
quienes asistieron al desfile realizado en el Old Lions. En ese marco,
la joven artista y futura abogada (se recibe este año) habló con EL
LIBERAL sobre su paso por Cantando por un sueño, qué hará en el verano y
su exitosa carrera como conductora televisiva.
Publicado el 28/08/2012 - Por Emilio Marcelo Jozami
mjozami@elliberal.com.ar
Alejandra Maglietti estuvo en Santiago participando de un desfile de modelos realizado en Old Lions. Antes de partir a Buenos Aires, habló con EL LIBERAL.
¿Cómo vives este presente laboral?
Muy bien. Estoy haciendo de todo un poco. Este año hice cosas diferentes de lo que solía hacer. Además, me puse las pilas para tratar de terminar Abogacía. Estoy bien porque, además del trabajo, estoy a un paso de recibirme como abogada. Es un 2012 muy bueno. Estoy feliz. Sigo con Bendita TV (América), con Kubick (América) y con Show sobre ruedas (C5N). También estoy en la radio.
¿Qué tiempo te das para cursar Abogacía?
Estoy con muchas cosas pero, ahora, tratando de terminar mi carrera de Abogacía que me cuesta porque, a veces, no tengo el tiempo necesario para dedicarme a full. Entonces, voy aprovechando los momentos que tengo entre todas las cosas que hago. La verdad, me costó mucho llegar hasta acá y no pienso dejar nada. Si yo desparezco un tiempo y dejo un lugar, hay miles esperando ese lugar. Los lugares que voy ganando los voy cuidando. Encima, está la edad. Después de una cierta edad uno no puede trabajar de esto. Uno, necesariamente, tiene que congeniar las dos cosas: no puedo abandonar una por otra momentáneamente.
¿Esa diversidad de trabajo te permite despegar del montón?
A mí me gusta desfilar. Es súper lindo pero, por ahí, ese esfuerzo por mejorar y ser cada día, generalmente, para mí pasa por el otro lado, desde trabajar en la tele y ser abogada. Uno, en base a la experiencia adquirida, va tratando de aprender y hasta tratar de mejorar el vocabulario.
Cuando el cuerpo se acaba,se buscan alternativas para seguir.
Es verdad. A este tema lo pienso mucho. Uno, eternamente no va a desfilar. Además, la gente quiere ver gente nueva. Se van aburriendo de las mismas caras. Hay caras que las tenemos desde hace quince años y la gente se va cansando. El público, siempre, necesita cosas nuevas. Yo me voy preparando para las circunstancias, para no tener fecha de vencimiento. Es por eso que estudio.
¿Cómo afrontás los prejuicios existentes sobre las modelos?
No me molestan. No espero que piensen: “¡Uh, qué inteligente!” Al contrario, me gusta que piensen que soy tonta o corta; entoces, por ahí, cuando tienen la posibilidad de hablar conmigo y ya, con muy poco, se sorprenden. Entonces, en verdad, termina siendo hasta beneficioso en algunos aspectos.
¿Cómo fue tu experiencia en el Cantando?
Fue buena porque me dio popularidad pero, en algún momento, me sentí mal porque, quizás, la agresión que recibía era tan fuerte que era imposible pasar una gala relajada. Era estar todo el tiempo muy cargada. Después, me eliminaron y a partir de allí decidí bajar el perfil, bajé un cambio, aparecí poco y me dediqué a estudiar. La exposición fuerte es buenísima pero también tiene un alto precio que se debe pagar .
¿Y cuál fue el precio que tuviste que pagar?
Haber terminado con una intoxicación tremenda. Ese precio también se tradujo en las agresiones que recibí. Cuando no hay agresiones, la pasás bien. Cuando te agreden mucho, como fue mi caso en cada gala que iba, recibía devoluciones malas.Te das cuenta cuando con uno se ensañan el doble.
¿Qué haces para contrarrestar estas contingencias que se presentan en tu carrera?
Tomarlo con calma. Yo, hoy, me arrepiento de no haber contestado (a las agresiones sufridas en el Cantando) con más énfasis. Si hay algo en lo que fallé fue en ser tranquila. En aquel momento pensaba que si yo doblaba la apuesta iba a ser peor. Hoy me arrepiento. Hubiese accionado un poco el botón porque, capaz, me hubiese hecho respetar un poco más.
De haber “accionado un poco el botón” ¿te hubiera permitido continuar o evitar esos malos momentos?
Por lo menos hubiese mostrado mi verdadera personalidad. Me hubiese gustado haber contestado ante ciertas actitudes, más allá de otras cosas que también me molestaron. No podía creer que Patricia Sosa, desde su Twitter, me criticara diciéndome que yo no estaba jugando en este certamen. Me chocaba el doble discurso: soy buena en un programa y en Twitter soy malísima.
¿A ese “doble discurso” lo observaste en Patricia Sosa o en todo el jurado del Cantando?
No, en algunos jurados. Valeria Lynch fue siempre una señora en las devoluciones. Nunca utilizó una palabra de más. Siempre dijo lo justo y necesario sin burlarse. Lo que a mí me molestaba un poco era la burla o ciertas cosas que me parecían de más y sin necesidad. Había como un ensañamiento. Yo tampoco fui ahí a que me degraden como persona sino que fui a pasarla bien y, si no me salían las cosas o ya canto muy mal, por lo menos me lo digan de una buena manera. No pretendía que me digan que cantaba bien. Eso es lo que ellos no entienden. Ellos, siempre, pensaron que lo que yo pedía era que digan que yo era bárbara. Nada que ver. Yo decía diganme lo mismo, pero de una manera que no me degrade como persona.
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mjozami@elliberal.com.ar
Alejandra Maglietti estuvo en Santiago participando de un desfile de modelos realizado en Old Lions. Antes de partir a Buenos Aires, habló con EL LIBERAL.
¿Cómo vives este presente laboral?
Muy bien. Estoy haciendo de todo un poco. Este año hice cosas diferentes de lo que solía hacer. Además, me puse las pilas para tratar de terminar Abogacía. Estoy bien porque, además del trabajo, estoy a un paso de recibirme como abogada. Es un 2012 muy bueno. Estoy feliz. Sigo con Bendita TV (América), con Kubick (América) y con Show sobre ruedas (C5N). También estoy en la radio.
¿Qué tiempo te das para cursar Abogacía?
Estoy con muchas cosas pero, ahora, tratando de terminar mi carrera de Abogacía que me cuesta porque, a veces, no tengo el tiempo necesario para dedicarme a full. Entonces, voy aprovechando los momentos que tengo entre todas las cosas que hago. La verdad, me costó mucho llegar hasta acá y no pienso dejar nada. Si yo desparezco un tiempo y dejo un lugar, hay miles esperando ese lugar. Los lugares que voy ganando los voy cuidando. Encima, está la edad. Después de una cierta edad uno no puede trabajar de esto. Uno, necesariamente, tiene que congeniar las dos cosas: no puedo abandonar una por otra momentáneamente.
¿Esa diversidad de trabajo te permite despegar del montón?
A mí me gusta desfilar. Es súper lindo pero, por ahí, ese esfuerzo por mejorar y ser cada día, generalmente, para mí pasa por el otro lado, desde trabajar en la tele y ser abogada. Uno, en base a la experiencia adquirida, va tratando de aprender y hasta tratar de mejorar el vocabulario.
Cuando el cuerpo se acaba,se buscan alternativas para seguir.
Es verdad. A este tema lo pienso mucho. Uno, eternamente no va a desfilar. Además, la gente quiere ver gente nueva. Se van aburriendo de las mismas caras. Hay caras que las tenemos desde hace quince años y la gente se va cansando. El público, siempre, necesita cosas nuevas. Yo me voy preparando para las circunstancias, para no tener fecha de vencimiento. Es por eso que estudio.
¿Cómo afrontás los prejuicios existentes sobre las modelos?
No me molestan. No espero que piensen: “¡Uh, qué inteligente!” Al contrario, me gusta que piensen que soy tonta o corta; entoces, por ahí, cuando tienen la posibilidad de hablar conmigo y ya, con muy poco, se sorprenden. Entonces, en verdad, termina siendo hasta beneficioso en algunos aspectos.
¿Cómo fue tu experiencia en el Cantando?
Fue buena porque me dio popularidad pero, en algún momento, me sentí mal porque, quizás, la agresión que recibía era tan fuerte que era imposible pasar una gala relajada. Era estar todo el tiempo muy cargada. Después, me eliminaron y a partir de allí decidí bajar el perfil, bajé un cambio, aparecí poco y me dediqué a estudiar. La exposición fuerte es buenísima pero también tiene un alto precio que se debe pagar .
¿Y cuál fue el precio que tuviste que pagar?
Haber terminado con una intoxicación tremenda. Ese precio también se tradujo en las agresiones que recibí. Cuando no hay agresiones, la pasás bien. Cuando te agreden mucho, como fue mi caso en cada gala que iba, recibía devoluciones malas.Te das cuenta cuando con uno se ensañan el doble.
¿Qué haces para contrarrestar estas contingencias que se presentan en tu carrera?
Tomarlo con calma. Yo, hoy, me arrepiento de no haber contestado (a las agresiones sufridas en el Cantando) con más énfasis. Si hay algo en lo que fallé fue en ser tranquila. En aquel momento pensaba que si yo doblaba la apuesta iba a ser peor. Hoy me arrepiento. Hubiese accionado un poco el botón porque, capaz, me hubiese hecho respetar un poco más.
De haber “accionado un poco el botón” ¿te hubiera permitido continuar o evitar esos malos momentos?
Por lo menos hubiese mostrado mi verdadera personalidad. Me hubiese gustado haber contestado ante ciertas actitudes, más allá de otras cosas que también me molestaron. No podía creer que Patricia Sosa, desde su Twitter, me criticara diciéndome que yo no estaba jugando en este certamen. Me chocaba el doble discurso: soy buena en un programa y en Twitter soy malísima.
¿A ese “doble discurso” lo observaste en Patricia Sosa o en todo el jurado del Cantando?
No, en algunos jurados. Valeria Lynch fue siempre una señora en las devoluciones. Nunca utilizó una palabra de más. Siempre dijo lo justo y necesario sin burlarse. Lo que a mí me molestaba un poco era la burla o ciertas cosas que me parecían de más y sin necesidad. Había como un ensañamiento. Yo tampoco fui ahí a que me degraden como persona sino que fui a pasarla bien y, si no me salían las cosas o ya canto muy mal, por lo menos me lo digan de una buena manera. No pretendía que me digan que cantaba bien. Eso es lo que ellos no entienden. Ellos, siempre, pensaron que lo que yo pedía era que digan que yo era bárbara. Nada que ver. Yo decía diganme lo mismo, pero de una manera que no me degrade como persona.
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